4ª Epistola

Libertad.
Todos hemos hablado de ella en un momento u otro, en muchos casos, sin siquiera conocer su significado. Sin embargo todos tenemos un concepto de ella, una opinión de lo que significa libertad. Una vez aquí ese concepto, sea cual sea, cambia. Ansías libertad.
Sin embargo, piensa. ¿Qué es exactamente? ¿Realmente eras libre antes? Si consideras libertad el hacer lo que quieres (Y no me refiero a hacer lo que te venga en gana, si no a hacer lo que verdaderamente deseas) resulta que, ¿quién lo iba a decir?, aquí eres mas libre. Al menos sí mas que en la calle. Por supuesto que quieres salir, pero para ti salir no significa la libertad. No, para ti el verdadero castigo de este lugar no son los barrotes ni los muros de contención. Para ti el castigo, tu verdadera condena, tu verdadero dolor, es la soledad. Y no hay peor soledad que la que se sufre rodeado por la multitud.

3ª Epístola

8 de Septiembre, curiosa fecha que no olvidarás. Antes traia melancólica nostalgia. A partir de ahora arrastrará algo más.
Dos meses. Solo dos meses. Ni siquiera has rozado la primera etapa de la condena. Esto solo acaba de comenzar. Queda mucho por delante. ¿En que momento el temor y la duda iniciales dieron paso a la resignación de una larga estancia entre rejas? ¿Cuando aceptaste este inmerecido castigo y por qué? Preguntas inutiles en este momento. Quizá mas adelante puedas responderlas. Por suerte estas sacando el maximo provecho a esta gran injusticia y eso te consuela. Mantienes tu mente en el futuro, un futuro prometedor, un futuro mejor que el pasado y mejor que el presente. ¿Estas seguro? A pesar de todo aún temes al futuro. En lo mas profundo de esa corteza de buenos pensamientos te queda un gran tormento. ¿Hasta que punto puede influir tu actual situación al futuro? ¿realmente puedes rehacer tu vida y hacer como si nada hubiese pasado, eliminando esta gran mancha en tu vida? tu quizá puedas hacerlo, pero ¿pueden hacerlo los demás? Solo el tiempo lo dirá. Afortunadamente no te falta ayuda.